Eynard de Conqueabur
Eynard de Conqueabur es un escritor guatemalteco, que nació en Antigua Guatemala, muy talentoso, al que se pudo tener la oportunidad de entrevistar.
Se graduó de la Universidad San Carlos de Guatemala en donde estudió letras. El nos cuenta que paso de los mejores años de su vida en la universidad. La describe como un lugar en el que se puede llegar a conocer la realidad de lo que es Guatemala, ya que llegan personas de todas las clases sociales y hay posibilidad de convivir y conocer la situación de nuestro país. En esta institución conoció y utilizó mucho la biblioteca, la cual fue parte de gran tiempo de su vida estudiantil, contribuyendo con su pasión por la literatura y con un balance dentro de su vida social y académica.
También nos contaba un poco acerca de su pasión por la música y como escribió varias canciones, sin embargo al ver que no le iba también decidió volverlas poemas y publicar su propio libro. Eynard nos enseña un poco sobre lo importante que es conocer el proceso de publicación de un libro ya que para muchos es difícil lograrlo. El publicar un libro requiere de una inversión grande que muchos escritores acá en Guatemala no pueden costear, por lo que no logran publicar sus obras.
Actualmente Eynard forma parte de una editorial cartonera, que forma parte de un proyecto mundial para ayudar a publicar libros de forma mas económica y única. Esta consiste en publicar libros con pastas de cartón para hacerlos menos costosos.
Imagen recuperada de Google, imágenes.
Cuando Eynard decidió publicar su libro lo hizo de esta manera ayudándolo a hacer posible su publicación. Conforme pasa el tiempo, el decide comenzar con un grupo de amigos crear un colectivo al cual le hacían llamar "Anónimo". Este consistía en leer literatura en bares de Antigua Guatemala y así poder dar a conocer un poco al público guatemalteco de lo que ellos escribían. Esto los motivo a sacar una antología con las obras que escribían para leer y publicarla. Eynard formo parte de la creación de un bar llamado "Los encuentros" en Antigua Guatemala, que facilitó la lectura de sus proyectos con el colectivo. Con el tiempo lograron publicar y cumplir sus metas.
Actualmente se separaron y el bar se cerró, sin embargo Eynard sigue luchando por su pasión que es vivir haciendo lo que ama. Entre sus hobbies se encuentra el fútbol, la música y la literatura. Las tres cosas que aun son fundamentales en su vida y por las que lucha día a día.
El libro que publicó con su colectivo se titula "Silencios suspensivos"
a continuación se presenta un poema extraído.
DESFACHATEZ DE CAÍDA VICTORIOSA EN
CORREDORES
Adormecer nuestras conciencias,
obedecer
al punto exacto en el que percibimos
nuestros fuertes latidos
de nuestros corazones venenosos por defecto,
reconocer el bim bam de los tambores
del instinto
para olisquear tu aromo
inconfundible
que me incita a respirar,
al amor y a procurar la bondad
en el infierno mismo:
somos pecadores,
soy pecador
y asumo con devoción mi caída
en la que aprendí
a besar el infinito
de las ansias placenteras de
la concupiscencia,
es decir que a veces
la historia
del árbol del bien y del mal
nos enseñó
los primeros pasos
para poder iniciar
una carrera kilométrica
en la invención del circo
de la realidad,
sin embargo,
vos no te perdés y yo no te pierdo
en medio de las llamaradas sonoras
de gritos
que imploran con cualidades
eróticas la redención:
el bim bam de los
tambores del instinto
me incitan a la inmersión
del lenguaje
compuesto de figuras retóricas,
compuesto
por la impaciencia desazón
de su significado
oscuro y disperso de la metáfora,
esto quiere decir siglos y siglos de comunicación
para sintetizar la historia de la humanidad
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en librerías de viejo, de usados,
de perdidos y extraviados
…
nuestro bregar contracorriente
por dispersión
en cualquier cantina
de mala muerte
en la que el/la escriba olvidó las escrituras sagradas
por ser un derrochador/a del vicio
inmaculado
de faunos, sátiros, dioses, héroes,
y
finalmente simples y mortales borrachos
que aún no se han postrado
en la mitología
de credencial académico,
pero sí ante la aventura de la incertidumbre:
rezamos cuales pobres pordioseros
esperando la estocada
final del destino
que les/nos tocó en suerte:
rezamos por miedo porque la cerveza se caliente,
por culpa cuando la cerveza
se calienta
en medio de nuestra discusión
sin fin aparente
que ninguna resucitación nos llevará:
mortales lujuriosos somos,
después de todo.
-Eynard de Conqueabur
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